lunes, 18 de enero de 2010

Enamorándome De Mi Ex

¿Hablamos de cine?...
Si de eso se trata, nos referimos a la comedia romántica protagonizada por Meryl Streep, Alec Baldwin y Steve Martin, en la que  luego de 10 años del divorcio, la ex pareja comienzan a vivir una aventura amorosa con las vicisitudes que surgen y complicaciones del caso, teniendo en cuenta que él, esta casado; ambos tienen 3 hijos grandes y ella, un incipiente pretendiente.
Este film con  premios y también  críticas, resulta ser cuanto menos, un entretenimiento agradable para el expectador, o una excelente opción a la hora de elegir, según el gusto de cada cuál.
Ahora... más allá de lo artístico, invita a reflexionar sobre varias cuestiones.
¿Nos podemos enamorar -o re enamorar- de nuestro ex?
Y si es así, ¿Podríamos considerarlo ex?
¿Se resuelve totalmente la relación con una ex pareja?
¿Se elabora el duelo de lo que no pudo ser, o de lo que fue hasta ahí?
¿Se puede cambiar o estamos condenados a repetir historias?
¿Qué pesa más, la idealización o la realidad?
¿Qué nos pasa cuando cambiamos de rol, de esposos a "otros/as", de "otros/as" a esposos?
¿Cuánto nos pesa las opiniones del entorno, hijos, padres, amigos?
¿Se trata de rendir una asignatura pendiente (en este caso de la mujer que fue "abandonada"), o simplemente un deseo de venganza encubierto?
¿Será una manifestación de arrepentimiento o de culpa o de amor para el "conquistador" (en este caso el ex-marido) o solo "que todo tiempo pasado fue mejor" a la hora de enfrentar presentes incómodos?
¿Qué lugar tiene el tercero (pretendiente de la mujer) como amenaza de pérdida definitiva o cierre del pasado?
¿Se puede recontruir una relación dañada (la de los ex)?
¿Se puede comenzar de nuevo, "sin repetir ni tachar"?...
Sin grandes pretenciones, dado el género pasatista, la película esboza algunas respuestas a estos interrogantes... Las otras, podríamos resolverlas entre todos... ¿Me ayudás?

miércoles, 13 de enero de 2010

Adversidad Versus Ruptura

La vida nos expone a cambios, a experiencias nuevas, algunas esperadas y otras sorpresivas.

Estas vivencias, son producto de circunstancias de distinto orden. Algunas internas, evolutivas generales o particulares y singulares, y otras externas, que van desde los hechos sociales, históricos, económicos, culturales hasta los climáticos.

Estos hechos son productores de crisis, entendiendo por tal, a cualquier cambio que se produzca en el curso del desarrollo, con consecuencias de "agravamientos" o "mejoras". O sea, una crisis expone a la ruptura del equilibrio preexistente y la búsqueda de uno nuevo, que siempre es diferente al anterior, con aspectos favorables y otros desfavorables.

Lo dicho hasta aquí es propio de los individuos, pero también acontece en las parejas, con desarrollos semejantes.

Muchos de los eventos: convivencia, nacimiento – crecimiento – emancipación de hijos y mudanzas, son comunes a casi todos los núcleos, más allá de las singularidades y tiempos individuales, pero otros acaecen en la particularidad de cada relación.

La superación de estos cambios dependerá de muchos factores, los momentos en que ocurran y de la relación, los recursos con que cuentan, la historia individual y vincular, y por supuesto, el deseo de los integrantes en resolver estas cuestiones.

Ahora bien, estos devenires, vividos como adversidades, a los que tantas veces se le adjudica la causa de la ruptura de vínculos, seguramente tienen más mala prensa que lo que la realidad amerita.

Se puede pensar que, en los casos en que, a partir de ellos, la ruptura se impone, operaron como desencadenantes de otras situaciones pre existentes y pujantes.

Tal vez, por el simple hecho que, ante las separaciones la pregunta del por qué se hace inevitable, interrogante ausente y/u omitido en los enlaces, aviene la idea de la justificación, una explicación que condene o absuelva, disquisición que intenta simplificar las cosas desde el esquema básico de ESTIMULO-RESPUESTA.

Quizás sea oportuno desplegar el abanico, despegar la idea de “adversidad igual ruptura” y poder comenzar a responder y respondernos, sobre los motivos del divorcio: Fue por todo y a su vez fue por nada…. Acaso esa es la respuesta más adecuada

martes, 12 de enero de 2010

Ah... El amor...

“El amor ...
es una gota de agua en el cristal
Es un paseo largo sin hablar
es una fruta para dos...",
Así versa algún canto popular, uno más de tantos que hay, muchos y visiblemente menos que los amores que se suscitan en cada rincón del planeta, en cada corazón humano de quien habite, haya habitado o habitará en el futuro esta tierra esplendida y confusa.


Nuestra sociedad gira en torno al amor –concepto verdadero pero no exacto, o mas bien exiguo y fraccionado-, pero que a los fines de esta propuesta, es suficiente- entendiendo que, quizás la mayor expectativa de felicidad, circula en ese orden.

Al mencionar el término amor, lo hago y lo reduzco, en función de la pareja, y desde una óptica del amor romántico, el que en casos extremos remiten a Shakespeare, con sus personajes, Romeo y Julieta, los que eternizaron su amor, a través de su muerte… Loco, ¿no?.

El termino amor, por cierto, es más amplio ya que todo sujeto, objeto, o idea con que nos vinculamos es suceptible de ser "amado/a", pero tal como anuncié previamente,el amor de pareja, parece ser el privilegiado al momento de la revisión.

Querríamos vivir en un eterno enamoramiento, con el cosquilleo en el estomago, y contando los minutos para el encuentro con nuestro amor… ¿Quién no ha añorado, esos primeros momentos de encandilamiento?. ¿Quién no se ha querido sentirse protagonista de una novela, con un galán o una dama declaradamente maravillados por nuestros atributos y con quien guadremos reciprocidad?.

Ese malestar placentero, la incomodidad visceral, este padecimiento afectivo, estas sensaciones eternamente adolescentes parecen subsanarse solo con la presencia del objeto amado. Presencia, por demás está decir, en forma de palabra, flores, un llamado … y para adecuarlo a la modernidad, un mensaje de texto o un mail. O sea, una primera conclusión posible es que ¡disfrutamos de lo que padecemos!

lunes, 11 de enero de 2010

Temas de Talleres de Reflexión

Algunos temas propuestos y trabajados fueron:
Sobre el amor.
Ilusiones y desilusiones
Amor y separación.
La decisión.
La comunicación: Interna, externa.
Los hijos.
Entre el pasado y el futuro
Nuevas parejas: ¿Volver a creer?
¿Volver a convivir?
Nuevas familias
Los tuyos, los míos y los nuestros.
Las crisis.
El tiempo pasa... La edad, ¿es importante?
.... Entre otros temas tambien interesantes...
Proponenos tu inquietud, tu opinión nos ayuda.

¿Para Quiénes?

Al construir un proyecto, ya sea comercial o social, las preguntas bases se refieren a los objetivos y a quienes va dirigido, o sea resolver el para qué se hace y para quiénes está dirigido. Luego surgen las otras cuestiones, también inevitables, tales como el porqué, el cómo, el cuándo o el dónde…


La presente propuesta, no es una excepción, siendo que se trata de una inquietud profesional que se sostiene en la observación de una realidad cambiante y creciente, avalada por supuesto, por los casi 30 años de práctica clínica, terapéutica y preventiva, con un enfoque interdisciplinario y complementario.

Cada día existen más y más grupos familiares que no responden a lo que conocíamos como familia nuclear o típica, familias mononucleares, madres solteras, padres solteros, divorciados/as que viven con sus hijos, los que viven solos, familias constituidas mas allá de los trámites legales, y que también son atravesadas por separaciones, nuevos grupos familiares que congregan a “a los tuyos, a los míos y a los nuestros”, conjuntos expuestos a varias rupturas, vínculos afectivos sin nombre, viudos/as que aspiran reconstruir su vida familiar estableciendo otras relaciones, nuevas modalidades vinculares inauditas en otros tiempos, hijos, fraternidades y paternidades diferentes al modelo clásico o convencional que conocemos.

Para todos ellos, está dirigido este blogs, manifestación de una institución incipiente con la trayectoria de cuatro años de talleres reflexivos que abordan esta temática, con los que intentamos pensar, repensar, idear pero por sobre todo construir recursos acordes a las nuevas circunstancias. De allí, su nombre que conlleva su intención: RECURSOS DE FAMILIA.

Sobre la nominación DIVORCIADOS, apelando a su significación amplia “Separar, apartar personas que vivían en estrecha relación, o cosas que estaban o debían estar juntas”, intentamos despojarlo del acto jurídico, en el que por una sentencia se disuelve un matrimonio, acercándolo a la idea de separación de preceptos tradicionales, quizás la ruptura de “ideales” instaurados en pro a una realidad que se impone, a la disociación de prejuicios en relación a la formación de nuevos juicios.

En resumidas cuentas, nuestro esfuerzo tiene como beneficiarios y a su vez participantes activos, a todo aquel que de algún modo se sienta atravesado por la problemática expuesta, se sienta partícipe o testigo de la misma, y se sienta convocado, con energía, con ganas y que crea que tiene algo que decir… aunque sea UNA PALABRA ¡qué nunca es poco!

sábado, 9 de enero de 2010

El por qué...

Que el amor existe es una verdad de perogrullo, pero que también crece, rota, cambia, se extingue o se disuelve, es otra realidad innegable.


En la sociedad contemporánea el divorcio y las nuevas modalidades de familia, no son temas excepcionales sino casi comunes. Quién no conoce o no es, separado/a, madre o padre soltero, divorciado/a, segunda o tercer pareja, hijo o padre de una situación similar.

¿Quién no se ha replanteado que frente a estas circunstancias, si bien convencionales hoy, no contar con los recursos ni la experiencia suficiente para abordarlos o para ayudar a quién los vivencia?

Lo cierto que estos tópicos, productos de la modernidad, no fue acompañado con reflexiones ni preparación acorde. Sabemos que desde la primera infancia, el entorno, la educación, los medios y las religiones, van preparando a los nuevos integrantes para la vida en la sociedad, tomando primero como modelo la familia tradicional, estilo familia tipo (hay diríamos ¿tipo de que?), ofreciendo tácticas para alcanzar tales fines.

Este tipo de estructura, ideal, queda conmovida inevitablemente por la realidad, siendo que cuando por alguna razón (o muchas), las sucesos inclinan a rupturas de modelos establecidos, las personas que los viven, quedan expuestas a las circunstancias, sin ninguna estrategia ni elaboración, a merced de la propia experiencia.

La generación de un espacio reflexivo grupal, para abordar este tipo de temáticas, tiene como finalidad el crecimiento individual y colectivo, apuntalada en las experiencias individuales, pudiendo de este modo favorecer a la constitución de destrezas y la elaboración de conflictos.

Animate, todos juntos podremos más, para superar, hacer y crecer.

Comunicate,  participá  y ¡comenzá tu cambio desde hoy!

La Idea...

Es construir un espacio de reflexión y de participación, en el que todos podamos plantear, replantear, revisar y decidir sobre el divorcio en particular y sobre la familia en general.
Sabemos, que en los últimos tiempos, ha habido un cambio importante en la sociedad, imponiéndose una realidad diferente a la existente hacia los años 70, con ideales tambien disímiles a los existentes por entonces.
Estas nuevas exigen nuevas dificultades y nuevos modos de abordaje, que a veces superan los recursos existentes, despojando prejuicios y evitando dar una lectura axiológica sobre las mismas.
¡Algo pasa y algo se debe hacer con ello!
Si bien una ardua tarea nos compete a los profesionales de carreras humanistas, y en particular de salud mental, es indudable que la realidad nos atraviesa a todos, y en tal caso, todos deberíamos participar en la construcción de nuevos enfoques e ideas que favorezcan a la resolución adecuada, mas saludable, menos costosa y de mejor calidad de vida de esta realidad.
Para ello, los talleres.
Para ello... ¡este espacio!